Quién me iba a decir a mi que con 33 años me aficionaría a jugar con muñecas...
Nunca me gustaron demasiado las muñecas. En casa había una o dos Barbies pero ningun muñeco-bebé. Tuve una Chabel y tres My Little Pony. Me gustaba jugar con construcciones de Tente y los clics de Playmobil. Disfruté con el tragabolas y nunca me regalaron el Mister Potato.
Ahora, descubrí las Blythes y poco a poco, las muñecas de resina. Qué vicio! Es muy peligroso a mi edad...
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